En noviembre de 2013, en la tercera edición del congreso Smart City Expo World Congress se eligió a Río de Janeiro como la ciudad más inteligente del mundo desbancando a competidoras como Berlín o Copenhague. El jurado consideró que las autoridades municipales de Río están haciendo un auténtico esfuerzo por cambiar el modelo de la ciudad y transformarla en una urbe de referencia en el hemisferio sur gracias a iniciativas como el Centro de operaciones de Río desde el que se supervisa lo que ocurre en la ciudad o su 1764 Central, una plataforma online y telefónica de gestión municipal.

Según los parámetros que se utilicen, el ranking de las ciudades más inteligentes del planeta varía. Índices como el Innovation Cities Top 100 Index, el Siemens Regional Ranking of Green Cities, el estudio de gobernación digital del World Mayor Council o la clasificación IDC de las ciudades más inteligentes de España son algunos de los estudios que se encargan de decidir el quién es quién de las smart cities. Dejando a un lado qué puesto ocupa una determinada ciudad, sí que parece existir cierta unanimidad en cuáles son los municipios que merecen el título de smart city año tras año.

Normalmente los criterios que se utilizan tienen que ver con la economía, la movilidad, el medioambiente, la tecnología, la calidad de vida, el gobierno municipal y el estilo de vida. Las ciudades inteligentes son aquellas que saben combinar estos conceptos con el ánimo de mejorar la vida de sus ciudadanos así como el medioambiente en el que se encuentran. Algunas de las que aparecen en todas las listas son: Copenhague, Viena, Nueva York, Londres, Ámsterdam, Tokio, Berlín, Barcelona, Seattle, Toronto, París, Vancouver o Málaga.

 

Pero hay tres que suelen llevarse la palma.

Viena es una de las ciudades más verdes del planeta. Más del 14% de su energía proviene de fuentes renovables y dispone de la planta de biomasa más grande de Europa. El 90% de sus habitantes tiene acceso al transporte público y más de 1,3 millones de personas lo utilizan a diario; además, el sistema calcula automáticamente la tarifa a pagar. Sus puntuaciones siempre son muy elevadas en innovación, sostenibilidad, calidad de vida y digitalización de los entes gubernamentales.

Londres es otra de las ciudades que puntúa alto. Es la sede de varias iniciativas verdes y es una de las pioneras en cuestiones tecnológicas. La tarjeta Oystercard permite acceder a todo el sistema de transporte público. Más de 370 de sus icónicos autobuses son híbridos y además fue pionera en la implantación de la tasa de congestión. La oficina municipal dispone de una pared de iPads que suministra datos en tiempo real acerca del funcionamiento de la ciudad, desde los niveles de contaminación a la disponibilidad de bicicletas, las cámaras de tráfico e incluso qué es trending topic en Twitter. Además, pronto acogerá el Centro de investigación para ciudades inteligentes y lanzará la red wi-fi gratuita más grande de Europa.

A pesar de que Nueva York no suele aparecer en las posiciones más altas de la lista cuando se habla de calidad de vida, la Gran Manzana ha incorporado muchas medidas tecnológicas que ayudan a que la ciudad funcione de forma más fluida y eficaz. Su flota de taxis ya cuenta con vehículos eléctricos y parte de la energía de la ciudad proviene de fuentes renovables. Otra de las iniciativas de la alcaldía es aprobar la prohibición de envases de poliestireno así como la eliminación de todos los aditivos con grasas transgénicas. Los autobuses que se han quedado obsoletos se están reconvirtiendo en plataformas interactivas que retransmiten noticias y eventos, y proporcionan cupones de descuento. Asimismo, cualquiera con un teléfono inteligente tiene acceso a un amplio catálogo de aplicaciones exclusivas con las que encontrar desde una guardería cercana a un centro de compostaje.

Pero no todas las smart cities son ciudades que ya existen. Algunos listados incluyen municipios que aún están en construcción, poblaciones que nacen de cero y en las que se están aplicando criterios de sostenibilidad e innovación tecnológica. Hay dos que apuntan alto: Masdar (Emiratos Árabes) y Songdo (Corea del Sur).

En Masdar, los residentes y los visitantes aparcarán sus coches eléctricos en un recinto central donde podrán cargarlos; allí se montarán en cápsulas sin conductor con las que circularán por la ciudad. Todas las casas serán sostenibles y van a utilizar agua de desecho reciclada. Seguirá el modelo de open data city y todas las viviendas dispondrán de pantallas planas con internet de banda ancha de máxima velocidad en las que se podrá comparar el uso energético diario de esa vivienda con el del resto del barrio. Las citas con el médico se confirmarán vía webcam y una única tarjeta cubrirá todas las necesidades de transporte. Y todo esto bajo un marco de arquitectura futurista.

Songdo se considera un modelo de ciudad de alta tecnología. Empezó a construirse en 2005 y se espera que esté terminada en 2015. Cubrirá unos 6 km2 de terreno a unos 40 km de Seúl. Todos sus servicios, así como la vida urbana, estarán conectados por wi-fi y gracias a esto se podrán comprobar tanto las goteras de las tuberías subterráneas como hacer planes para salir. Dispondrá de un extenso parque en el centro de la ciudad y toda ella estará monitorizada por sensores que controlarán el uso de energía, la fluidez del tráfico, la temperatura e incluso te alertarán cuando tu autobús se acerque. En Songdo se pretende que todos los vehículos sean eléctricos y existirá una red de recogida de basuras subterránea que transportará los deshechos directamente desde tu cocina a un centro de tratamiento.

Si vives en España y quieres saber si tu ciudad está en la lista, no te pierdas este artículo de la revista Forbes.