¿Eres un náufrago en un mar de hashtags? ¿Tienes dudas acerca de cómo, cuándo y dónde utilizarlos? Estamos aquí para ayudarte no solo a encontrar la costa sino a que llegues a buen puerto.

Pero primero, un poco de historia.

La utilización del símbolo de almohadilla (# – hashtag en inglés) seguido de una palabra clave como medio para categorizar contenido nació en Twitter allá por el año 2007. Este fue el primer tuit en el que se utilizó un hashtag y, desde entonces, su utilización no solo ha crecido sino que ya forma parte del pan nuestro de cada día en las redes sociales. ¿Pero cuál es la mejor manera de sacarles partido?

Como regla general, cuánto más específico sea el hashtag, mejor. Así la segmentación de tu audiencia será más adecuada, lo que normalmente significa que el engagement será mayor.

Además, las etiquetas demasiado largas no funcionan bien. Intenta que sean cortas y no te pases de ingenioso. Lo que quieres es que sea un concepto que la gente busque de forma natural, así que cuánto más claro y descriptivo sea el hashtag mejor.

También son muy útiles cuando realizas un evento. Gracias a herramientas como Storify o Tweetbinder puedes realizar un seguimiento exhaustivo de los mismos e incluso contar la historia de tu evento a posteriori mediante el contenido publicado en las redes sociales.

 

Dicho esto, la utilización óptima de los hashtags varía según la red social, así que examinemos las más importantes.

Empecemos con Twitter. Según un estudio de Buddy Media, los tuits con hashtags tienen dos veces más engagement que los que no los incluyen. Eso sí, intenta no utilizar más de dos por tuit ya que según esa misma investigación, cuando usas más de dos etiquetas tu nivel de engagement disminuye en un 17%. Los datos de Twitter corroboran esta información; en el caso de individuos, los hashtags aumentan el nivel de enagagement en un 100% y cuando se trata de marcas lo hacen en un 50%. Además, los tuits con hashtags tienen un 55% más de posibilidades de ser RT.

En esta plataforma, se usan para hacer referencia al tema de la conversación o a un grupo de gente y son extremadamente útiles para categorizar. Si tienes dudas acerca de qué hashtag usar, Twitter ha creado un infográfico para ayudarte a elegir.

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Facebook
es un caso curioso ya que parece ser la única red social en la que el uso de hashtags no solo no ayuda sino que perjudica el engagement. Los posts sin hashtags funcionan mejor que los que los utilizan. Por lo general, si tu audiencia está orientada a los negocios las reglas de Twitter pueden funcionar bien, mientras que si tu audiencia se identifica más con una comunidad de fans, es preferible que te rijas por las recomendaciones que damos para Instagram. Nuestro consejo es que hagas tus propias pruebas pero reiteramos que casi todos los estudios apuntan a que en Facebook las etiquetas no tienen ningún impacto en el alcance de tus posts, y esto en el mejor de los casos.

Instagram es la red social en la que los hashtags son más que bienvenidos. Contrariamente a lo que pasa en Twitter, aquí no parece existir un límite al número que se pueden incluir sin saturar al usuario. De hecho, parece que los posts con más de once hashtags consiguen el mayor número de interacciones, por lo tanto, ¡adelante las almohadillas! Pueden ser la manera de garantizar que consigues un gran número de seguidores en poco tiempo, así que utilízalos para construir una comunidad y distinguirte. Eso sí, añádelos al final del post y evita mezclarlos con el mensaje. Fíjate en este ejemplo de Topshop, una de las marcas más seguidas en Instagram:

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Google+ asigna hashtags a los posts de forma automática según su contenido pero te permite editarlos e incluso añadir más. Además, también los admite en los comentarios doblando así las posibilidades de que encuentren tu contenido. Al igual que en Twitter, en Google+ son especialmente útiles para clasificar por categorías.

Cuando tengas dudas, y exceptuando Instagram, entre 1 y 3 hashtags suele ser lo óptimo. En cualquier caso nunca utilices más etiquetas que palabras tiene tu mensaje. Aunque estos ayudan a que te descubra el gran público, si tu tuit o post no aporta nada a la conversación, prescinde de ese hashtag. Tampoco dejes de asegurarte de que la etiqueta que vas a utilizar realmente se está usando con el propósito que persigues. Para casos de este tipo, herramientas como Tagdef son de gran utilidad.

 

Y hablando de herramientas, te recomendamos algunas que te facilitarán la gestión y el análisis de los hashtags:

Tagboard te muestra cómo se está utilizando un determinado hashtag en todas las plataformas.

Trendsmap te indica qué hashtags son los más usados en un área geógrafica.

RiteTag o Sopularity te aconsejan sobre los hashtags que te van a dar más visibilidad. Hashtagify.me ofrece múltiples modos de analizarlos y sacar tus conclusiones.

 

Recuerda que los hashtags son un modo excelente de clasificar tu contenido en las redes sociales. Son ventanas de visibilidad que permiten que el público te descubra y que tú encuentres contenido relevante de otras fuentes. Gracias a ellos, los usuarios conectan e interactúan entre sí y contigo. Son la mejor manera de llegar a la audiencia más adecuada y dar notoriedad a tu marca, así como inspirar credibilidad y demostrar que el contenido que proporcionas es útil.